Un jueves de meditación

Llegué a Aslha muy cansada, ya había gente colocándose en la sala… No me apetecía hablar, me senté en una de las primeras sillas y cerré los ojos para relajarme. Esperé y desconecté del murmullo. 

Empecé a sentir muy suavemente la vibración de los cuencos de cuarzo, transparentes, había empezado la meditación.

El sonido comenzó a hacerse más fuerte, llenó todo mi espacio interno. En mí, no quedó ni una sola célula que no vibrara en una sutil, delicada y armoniosa danza al ritmo vertiginoso de los cuencos y las manos que les hacían vibrar. Me dejé llevar, los sonidos me abrían a experiencias extrañas y placenteras.

Solté el control de mi consciencia, lo dejé en manos de nada, porque nada había ni sentía, sólo un estar en la respiración, vacío, silencio, oscuridad, nada… en esa nada me perdí, me sentí, me quedé… tan solo mi respiración y unas preguntas: ¿Quién soy? ¿Quién respira?

Perdí el sentido del tiempo. De pronto más silencio, los cuencos ya no se oían, volví a sentir mi cuerpo sentado en una silla. No sé qué había pasado, ni  pregunté nada, ni  hallé respuesta a mis preguntas, pero un inmenso gozo interior me hizo sonreír. 

Abrí los ojos, alguien comenzó a recoger las sillas. No habría podido compartir ni explicar lo que sentía. Sólo quería disfrutar de esa experiencia única y gozosa, que se quedara marcada e impresa para siempre. La vibración de los cuencos al unísono con mi respiración, seguían resonando en mi mente y en mi corazón.

Llené mi cuerpo con una profunda inspiración dando Gracias, cogí mi bolso y salí a la calle, feliz.   

  Toñi

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: