El, distraído, comentó:
- ¡Qué tiempos tan malos que son!
Y el sabio respondió:
- ¡Buenos tiempos son, hermano!”, Es tiempo de Oración, es tiempo de Lucha, es tiempo de Serenidad, es tiempo de Amor, es tiempo de Perdón, es tiempo de Escucha, es tiempo de Silencio. Todo ello abrirá los corazones.
A todo esto llevaba yo varias fechas aquejado, tercamente, del mal de “hacer nada” y con una predisposición hermosa a criticar y ver el mundo de aquella manera que ni a mi mismo me gustara. En estas situaciones solemos persistir, obtusamente, en manosear con notaria insistencia el quehacer de los demás y colmarnos de tristeza y pesadumbre por nuestros propios actos y pensamientos.
El recurso de la autocompasión suele funcionar para escarbar un hoyo grande, muy grande y taparnos melancólicamente en busca de una oquedad donde refugiarnos esperando que en esos parajes salga el Sol. Es decir: huimos.
Y así nos encontramos ahora: dubitativos entre el miedo y la parálisis por tanto acontecer que se nos trata de vender con el condimento de la culpa y este doble paquete, envuelto hábilmente en una publicidad sin escrúpulos, sirve para que a la hora de tomar cualquier decisión, libremente, vaya nuestra decisión a la opción no deseada.
Si, como dicen algunos, estamos ante un nuevo genocidio, algo tendrá que decir, y lo dirá, el Supremo Hacedor que diseñó el ADN humano que es propiedad Divina.
Hoy os invito a la Serenidad, la Oración, el Silencio y la Meditación como decimos más arriba. Busquemos el reino de Dios y su Justicia. Lo demás se nos dará por añadidura …. QUE … TIEMPO AL TIEMPO …. Como dice la santa : “Nada te turbe, nada te espante …. Sólo Dios basta.”
Estepona, 25 de Agosto de 2021
Ángel