Una mujer maya cansada de la rutina del campo y de tanto trabajo duro, decidió vender su casita.
Como sabía que su vecino era un destacado poeta, decidió pedirle el favor que le hiciera el aviso de venta.
El aviso decía:
«Vendo un pedacito de cielo, adornado con bellos árboles frutales y de maderas finas, donde todos los dias las aves ofrecen conciertos con sus mejores cantos y un cristalino cenote con el agua más pura que jamás hayan visto».
El poeta tuvo que marcharse por un tiempo, pero a su regreso decidió visitar a sus nuevos vecinos, pensando que aquél hombre del aviso se había mudado.
Su sorpresa fue mayor al ver a la mujer maya trabajando en sus faenas.
El poeta preguntó:
– ¡Amiga! ¿No se iba de aquí ?
La mujer con una sonrisa le respondió: –
– No mi querido vecino, después de leer el aviso que usted me hizo, comprendí que tenía el lugar más maravilloso de la tierra y que no existe otro mejor…
Moraleja: No esperes a que venga un poeta para hacerte un aviso que diga lo maravillosa que es tu vida, tu hogar, tu familia y lo que con tanto trabajo hoy posees.
(Créditos al Autor)
A veces no somos conscientes de lo afortunados que somos, de todo lo que tenemos, de la inmensa suerte que tenemos , mira a tu alrededor y piensa que por muy mal que estes, siempre habrá alguien que este peor que tu, cuando te levantes cada dia da gracias por lo afortunado que eres por todo lo que tienes.
Gracias por hacerme ver la suerte que tengo 🙏🏻❤️
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Gracias Lourdes. Tu interés consigue que mantengamos el nuestro.
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Doy gracias por lo afortunado que soy, por tantas situaciones complicadas que convoque a mi vida, que aunque algunas muy duras, vistas en la distancia, me enseñaron a crecer y transformar consciencia .
Soy muy feliz y afortunado por el lugar donde vivo , de aires, aguas luz y tierra limpios en el que un día un grupo de amig@s entre los que se encontraba mi querida amiga Maria Elena, me ayudaron a cercar un trozo de tierra donde solo había unas zarzas, hoy, en el habitan ruiseñores, perdices, ardilla, y frutas y frutas silvestres, así como sombras, verdor y paz, sobre todo una profunda paz en plena naturaleza, la que comparto con todo el que se acerca y desde los alrededores nos saludan cada día becerros con sus madres. doy infinitas gracias por ello, un regalo de la madre tierra donde mis manos ejercieron su labor, más que recompensada ….
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