Y me encontré…

Dejé de insistir donde no había lo que buscaba.
Dejé de pedir en manos cerradas.
Dejé de esperar en sillas ocupadas.
Dejé de intentar en un cuerpo ajeno.
Dejé de pretender que el otro entendiera.
Dejé de poner los ojos y la esperanza en corazones que no querían latir al lado mío.
Y entonces, magia.
Magia.
Volví a mí, como único destino posible.
Volví a mí, como único camino disponible.
Volví a mí, como el único reencuentro pendiente.
Volví a mí y pude verme las costillas, los dolores y mi alma deshidratada, pidiendo agua.
Y me recibí.
Me acaricié.
Me perdoné.
Me recosté sobre mi hombro.
Me nombré con mi propia voz.
Y me encontré.
Distinto pero intacto. Intacta.
Me tuve otra vez.
Me tengo otra vez.
Y entonces, magia.
Tengo las llaves de las puertas que quiero abrir.
Acá, adentro.
Afuera solo están las cerraduras.
Pero yo decido dónde y de mi depende cómo.
Yo decido dónde.
Yo elijo cómo.

                                                                                                                              (Anónimo)

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: